Abstract
El selenio fue identificado en el año 1817 por el químico sueco Jöns Jakob Berzelius, que observó un residuo de color parduzco y aroma a rábanos podridos durante el calentamiento de la pirita de cobre (CuFeS2) para la obtención industrial de ácido sulfúrico. En principio lo identificó como telurio, pero posteriormente comprobó que había aislado un elemento nuevo. Por su relación con el telurio (tierra), se denominó selenio, que proviene del término griego “σελήνιον., selene y que se refiere al resplandor de la Luna.