Abstract
Los virus, situados entre lo vivo y lo inerte, se engloban dentro de la gran variedad de sistemas moleculares funcionales, de distintos tamaños y con capacidad de autoorganización que la naturaleza nos ofrece. Muchos pueden obtenerse en grandes cantidades y manipularse a nivel genético gracias al conocimiento de su estructura por rayos X; ofreciendo a los químicos una oportunidad única de expandir el repertorio de materiales de partida para aplicaciones sintéticas y catalíticas. Topológicamente análogos a los dendrímeros pero de mucho mayor tamaño y fácil acceso, los virus se presentan como una nueva plataforma nanométrica y accesible para la química orgánica.